EL DÍA QUE ME QUEDÉ EN BRAGAS

Esta es una historia que no es fácil compartir.. no es fácil porque todavía no puedo recordarla sin que una terrible sensación de incomodidad y vergüenza invada mi cuerpo. Es de estas historias que te gustaría borrar de tu mente, eliminarlas sin más, como si nunca hubiera ocurrido. Pero por desgracia ocurrió y yo fui la mas absoluta protagonista..




Os pongo en situación.. Me tocaba dormir en Ibiza, llegaba a las 15:00 de un día caluroso y húmedo de Julio, así que nos pasamos toda la tarde vuelta y vuelta en la playa. Al día siguiente firmábamos tempranísimo por lo que cenamos temprano y nos fuimos a dormir.

A eso de las 3 de la mañana me levanto con una sed horrible, cojo la botella de agua que había cogido del avión del minibar, pero estaba caliente, mas que caliente, sin darme cuenta la había dejado detrás de la tele y me había quedado dormida con la tele encendida, así que con el agua podía hacer un maravilloso te, pero saciar mi terrible sed.. iba a ser que no.

De repente me acordé que justo enfrente de mi habitación estaba la máquina de  hielo. ¡Mi salvación! (si es que por algo me había hecho TCP, ¡¡¡soy una GRAN solucionadora de problemas!!!!)

Así que allí iba India superwoman, alias "la solucionadora", con un vasito de plástico que había cogido del cuarto de baño, solo llevaba puesto una camiseta y un tanga, pero sólo iba a coger un poquito de hielo justo enfrente de mi puerta.. ¡¡¿¿que problema iba a haber??!!

Asomo la cabeza por la puerta, miro hacia la izquierda, luego a la derecha, todo despejado, pasillo asegurado para una posible evacuación, me dirijo hacia la máquina, sin dejar de vigilar que no aparezca nadie y me pille en bragas (la expresión no podía venir mas a cuento). Ya casi tengo mi vasito lleno de hielo cuando oigo..

CLONK

No puede ser, esto no esta pasando, no quiero mirar, esto es solo un mal sueño, madre mia, me giro lentamente mientras rezo que ese ruido NO HAYA SIDO EL DE MI PUERTA CERRÁNDOSE, le rezo a Dios, a la Virgen María, al Santiago Apóstol, y a ninguno mas porque hasta ahí llegan mis conocimientos religiosos, y les juro por la cobertura de mis mechas que si mi puerta sigue abierta no volveré a salir en TANGA al pasillo. Porque si, para mi desgracia era un TANGA, podían haber sido unas castas braguitas, pero no, era una tanga de los de hilillo.


Pasó una media hora hasta que conseguí asumir que no tenía mas remedio que bajar a la recepción y pedir una llave, y cuanto antes mejor, ya eran mas de las 3.30 y con un poco de suerte todo estaría desierto. Así que me armé de valor y decidí bajar.

Fui hasta el ascensor y llamé, por supuesto mi amigo Murphy me acompañó en ese viaje, como casi siempre, y cuando el ascensor se abre veo dentro una pareja de unos 50 años, ellos salen, yo entro, deseando que el ascensor se cierre ya porque la pareja está completamente alucinada mirándome sin ningún tipo de pudor.

El ascensor llega a la planta baja, me temblaban las piernas, me asomé, nunca antes me había parecido tan grande una recepción, dios, os aseguro que creí morir, pero afortunadamente no había nadie, bueno, nadie que fuera huésped, porque tuve que plantarme en camiseta y tanga delante de dos recepcionistas y un guardia de seguridad, todos ellos hombres, por supuesto, ya os dije que Murphy siempre viaja conmigo.

Imaginaros sus caras cuando me vieron.. Definitivamente pensaron:

1. En medio de una noche de pasión con el comandante, el la ha llamado por el nombre de una compañera y ella se ha largado medio desnuda y sin la llave de su habitación, y es demasiado orgullosa para volver a por ella.
2. Viene de Amnesia, y ha perdido la falda, el bolso, los zapatos y la dignidad.
3. La pobre, aeromoza ella en todo su ser, ha confundido la puerta de la habitación con la del cuarto de baño y se ha quedado fuera.

En fin, que al final conseguí mi llave, hice el moonwalker hasta el ascensor, y me introduje yo y la poca dignidad que me quedaba en el.

Cuando llegué a la habitación se me había quitado la SED.